El Modelo de Enfermedad Cerebral de la Adicción (BDMA, por sus siglas en inglés) es el paradigma
dominante desde su proclamación oficial por el National Institute of Drug Addiction (NIDA) hace
ahora un cuarto de siglo. Sin embargo, todos sus principios han sido falsados en reiteradas ocasiones
y ninguno de los beneficios propuestos por sus autores ha sido alcanzado. Su vigencia se sustenta en
el apoyo incondicional de la industria farmacéutica y en el manejo de fondos que el NIDA destina
prioritariamente a estudios que verifican sus hipótesis. Siguiendo a Popper, el procedimiento
correcto no es el verificacionismo, sino el principio de falsación, que obliga a desechar las hipótesis
refutadas. Y, siguiendo a Kuhn, cuando un paradigma científico no cumple los requerimientos debe
ser sustituido por otro que supere al desechado. Este artículo repasa las inconsistencias del BDMA
y las falacias en las que se ha sustentado su hegemonía, ahora firmemente cuestionada.
Autor
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Eduardo J. Pedrero Pérez - Colaborador Honorífico Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid
Palabras clave:
Paradigma, Verificacionismo, Falsacionismo, Modelo de enfermedad cerebral de la adicción, Modelo biopsicosocial, Medicalización, Conductas adictivas.