“¡Hagan juego, menores!”. Frecuencia de juego en menores de edad y su relación con indicadores de adicción al juego

El presente trabajo tiene como objetivo analizar la implicación de los menores de edad con el juego\r\nde azar, especialmente la relación entre algunos juegos con la presencia de indicadores de adicción\r\nal juego. También se atiende a las diferencias de género. Se administró el programa de prevención\r\nde la adicción al juego Ludens a 807 estudiantes de bachiller y ciclos formativos de colegios privados\r\ne institutos públicos de Valencia y provincia. Dicho programa contiene una encuesta en la que\r\nse evalúa la frecuencia de juego, así como el juego patológico a través del NODS. Los principales\r\nresultados demuestran que el 62,1% de los menores de 18 años relata haber jugado a algún juego\r\nde azar durante los últimos meses, de entre los cuales, las apuestas deportivas y las quinielas son las\r\nmás frecuentes. De entre los que juegan, el 22,6% manifiestan entre uno y tres criterios de juego\r\npatológico del DSM-5, mientras que el 2,8% muestran cuatro o más criterios, que es la cifra utilizada\r\npara el diagnóstico de juego patológico. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas\r\nen género, tanto en frecuencia de juego como en incidencia y vulnerabilidad al juego patológico.\r\nLos resultados obtenidos ponen de relevancia que, a pesar de que el juego es una actividad que\r\nestá prohibida a menores de edad, esta no es infrecuente en ellos. Algunos tipos de juego presentan\r\nuna mayor correlación con indicadores de juego problemático que son, además, juegos en los\r\nque existe un control laxo sobre el acceso a ellos por parte de los menores. Esta situación podría\r\nremediarse –y la adicción al juego podría prevenirse- con adecuadas medidas de regulación, como\r\nla identificación fehaciente del jugador.